La vigorexia es la excesiva práctica del deporte debido a una obsesiva preocupación por el aspecto físico. Los pacientes no sólo presentan obsesión por el ejercicio sino también por la forma de alimentación, así se alimentan casi exclusivamente con hidratos de carbono y proteínas, eliminando las grasas de su dieta con el fin de obtener más masa muscular. Además, también es habitual que los pacientes empiecen a interesarse por los anabolizantes y las endorfinas como una manera más rápida de conseguir su fin; sentirse bellos, con una figura atlética y musculada.
Los anabolizantes son derivados sintéticos de la testosterona, que es la hormona masculina fisiológica. Incrementan la masa muscular y la fuerza y poseen además efecto antianémico. Además, con su administración se observa una recuperación más rápida tras entrenamientos de intensidad, ya que reduce la sensación de dolor, disminuye los niveles de fatiga y tiene también un importante efecto psicológico, ya que aumenta la confianza en uno mismo. Son muy utilizados por los deportistas de elite pero su uso se considera dopaje y está prohibido y, lo que es más importante, conlleva un peligro para la salud. Así, se puede producir con su uso indebido: trastornos de la coagulación y del metabolismo, depresión, euforia, irritabilidad, hiperactividad, trastornos del sueño, alucinaciones y ansiedad.
Otra de las sustancias utilizadas por quienes presentan una obsesiva preocupación por su aspecto físico son las endorfinas. Las endorfinas son un grupo de hormonas fisiológicas que ocasionan analgesia y una sensación de felicidad y relajación. Según ciertos investigadores las endorfinas se liberan a la circulación cuando se alcanza el 76% de la frecuencia cardiaca máxima de entrenamiento. La liberación de estas hormonas tiene como fin contrarrestar el dolor o la sensación de cansancio extremo que el ejercicio intenso y prolongado produce en el deportista, y ésta es otra causa de la dependencia que sufren estos pacientes. Cuanto más ejercicio realizan, mayor es la cantidad de endorfinas que liberan a sangre y por tanto, mejor se sienten. La consecuencia es que cada vez realizan más ejercicio físico para buscar mayor sensación de placer. A medida que pasa el tiempo, se requiere una mayor cantidad de endorfinas para poder soportar el dolor, y sólo se obtienen más con un ejercicio más prolongado e intenso, provocando una verdadera adicción a esta sustancia.
No hay que olvidar que el deporte es un hábito saludable que ayuda a prevenir enfermedades, relajar tensiones y desarrollar una adecuada forma física. Cuando el deporte se realiza en el ambiente de la alta competición o si existe una obsesión por la realización del mismo, puede dejar de ser beneficioso y convertirse en algo incluso dañino para la salud.
En cambio, si se encuentra tanto en una fase intensiva de entrenamiento como iniciándose en la práctica deportiva regular, existen suplementos vitamínicos que puede ayudarle a llevar mejor los entrenamientos, de forma sana y saludable.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.
CGCOF/COFIB