Después de algunas semanas de vacaciones, el retorno al trabajo puede acarrear un estado de apatía y ansiedad, con síntomas similares a los de un trastorno depresivo.
El cansancio, la falta de motivación, la dificultad para concentrarse y la ansiedad, son los principales síntomas de lo que se conoce hoy en día como “síndrome postvacacional”. En ocasiones, estos síntomas similares a los de un cuadro depresivo, se acompañan también de falta de apetito, dolores musculares y tristeza e irritabilidad.
La causa, la falta de adaptación a la actividad laboral tras finalizar las vacaciones, sobre todo en los casos en los que las personas han estado de vacaciones en un entorno distinto al habitual, o en los que la incorporación al trabajo se ha realizado de manera brusca, sin un período de transición. Sin embargo, el hecho de desconectar del trabajo durante las vacaciones, es una de las soluciones principales para volver a la vida cotidiana con las fuerzas suficientes.
Los síntomas no suelen durar más de 10-15 días, que es un tiempo que puede considerarse como razonable para que el organismo se adapte de nuevo al ritmo diario. Se ha observado que la “depresión postvacacional” se presenta con mayor frecuencia en la población menor de 40 años.
Hay algunas recomendaciones para evitar estos síntomas postvacacionales.
* Incorporarse al trabajo paulatinamente.
* Motivarse con retos a corto plazo y no estresarse intentando solucionar todos los problemas el primer día.
* Puede ser aconsejable guardar algún día libre para solucionar asuntos personales, repartir las vacaciones y evitar los días de “operación retorno”. De esta manera, podemos reducir la sensación de agobio y preocupación.
* Los expertos recomiendan iniciar nuevos proyectos cuando regresamos de las vacaciones.
* Consultar a un profesional sanitario si los síntomas no remiten en dos semanas.
Como suele ocurrir en muchas ocasiones, el mejor remedio es la prevención. Una solución es ir incorporándose a la rutina poco a poco. Acostumbrarse a los horarios y dietas es importante, tanto en adultos como en niños, un colectivo especialmente sensible a la vuelta de las vacaciones.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.