Enfermedades relacionadas con la alimentación
Llega la Navidad y nuestros hábitos alimentarios se ven alterados considerablemente, razón por la cual conviene repasar la relación entre las enfermedades y la alimentación. La dieta es la alimentación ordenada, racional y estudiada que recibe una persona sana o enferma con el fin de contribuir al mantenimiento de la salud. La comida y el agua son los principales aportes externos que nuestro cuerpo recibe junto con el aire que respiramos. Variar inconscientemente su composición, variedad o calidad puede conducir al empeoramiento de la salud. Hay diversas enfermedades o situaciones en las cuales puede ser inconveniente la ingestión de determinados alimentos. Conocer bien estas enfermedades y sus necesidades dietéticas es de vital importancia para mejorar la salud de estos pacientes.
La hipertensión y las enfermedades cardiovasculares en general son enfermedades muy extendidas actualmente. Se relacionan mucho con los hábitos de vida, la sobrealimentación, el tabaco y el estrés. Los hipertensos deben vigilar su colesterol y realizar una dieta baja en sal, ya que ésta produce una mayor retención de líquidos que aumentan aún más la presión sanguínea. También se ha de disminuir la ingesta de alcohol y el consumo de grasas animales, incrementando el consumo de aceites vegetales, especialmente si éstos son ricos en ácidos grasos poliinsaturados. Los alimentos recomendados son las frutas, verduras, pescados, legumbres cereales y carnes magras.
La diabetes es otra enfermedad donde el control de la dieta forma parte de la terapéutica. Los diabéticos tanto del tipo I como del II, sufren muchas variaciones de los niveles de azúcar en sangre. Para conseguir una buena calidad de vida y evitar problemas a largo plazo, como ceguera e insuficiencia renal, es necesario mantener un nivel equilibrado de glucosa en sangre. Su dieta ha de ser pobre en dulces, en bebidas alcohólicas, y en alimentos ricos en grasa saturadas. En el caso de pacientes que necesitan la administración de insulina el horario de las comidas es muy importante y se debe comer cinco veces al día y menor cantidad.
La enfermedad celíaca requiere también una dieta especial. Esta enfermedad se produce por la intolerancia al gluten, una proteína presente en el trigo, en el centeno, en la avena y en la cebada. Otros cereales como el maíz están exentos de ella. Al ingerir alimentos con gluten, se producen fuertes diarreas y lesión del tejido intestinal, produciéndose una disminución de la absorción de los nutrientes y ocasionando una desnutrición profunda. El tratamiento es exclusivamente dietético y consiste en la eliminación de cualquier presencia de gluten en la alimentación de los afectados. Los alimentos permitidos son todos los naturales exentos de trigo, centeno, avena y cebada, como la fruta, verduras, lácteos, carnes, pescados y legumbres.
En diferentes momentos de la vida nuestras necesidades dietéticas varían. En el embarazo los requerimientos son distintos, a los de un adulto convencional, al igual que ocurre en la niñez o en la vejez. Hay que realizar siempre una alimentación adecuada a las necesidades personales y seguir siempre una pautas adecuadas para mantener un óptimo estado de salud. Las dietas especiales deben ser prescritas por un médico tras el correspondiente diagnóstico. El farmacéutico también puede colaborar asesorando al paciente sobre cuestiones de dietética y nutrición colaborando así con el médico para un más satisfactorio cumplimiento terapéutico.
Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas con la salud. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.